domingo, 29 de enero de 2012

A VUELTAS CON LOS RECORTES

Llevamos unos días que los medios de comunicación no paran de bombardearnos con noticias relativas a los recortes en las administraciones públicas. Que si unos recortaron antes, que si otros lo están haciendo ahora, bla, bla, bla.

Pero a mí lo que más me llama la atención es que cuando de hace referencia a esos recortes, siempre se le de un matiz negativo, como queriendo decir, ahora que ya estamos en campaña electoral, ¡¡¡NO VOTES A QUIEN HAGA RECORTES!!!.

Y es que, muy al contrario, yo tengo pensado votar al partido que más recortes vaya a hacer, eso sí , siempre que no toque la calidad de los servicios ni los sueldos de los funcionarios. Muchos dirán que eso es imposible, pero yo, que algo conozco el funcionamiento de las administraciones, sé lo mucho que se ha despilfarrado y estoy convencido de que adoptando medidas de control principalmente del gasto corriente y de algunas inversiones, puede ser suficiente. Eso sí, hay que tomar esas medidas cuanto antes, porque ya llevamos tres años de retraso, prácticamente lo que va de legislatura. Es fácil de explicar, si se negó durante tanto tiempo que hubiera crisis (acuérdense de lo de la desaceleración) y después se nos vendió que ya se estaba terminando (los famosos brotes verdes), es evidente que si se niega la realidad es imposible adoptar las medidas necesarias para darle solución. Y cuando se adoptan (mayo de 2010 con el famoso decreto) parece que ya era tarde, aunque los europeos nos dijeron que más vale tarde que nunca.

Y en relación a los recortes hay dos posturas que, en mi absoluta inocencia, no acabo de entender.

La primera es la de los sindicatos, que se entiende que deben defender los derechos de los trabajadores. Y teniendo en cuenta que el principal derecho es precisamente al puesto de trabajo y que ese lo han perdido casi 5 millones de españolitos, todavía no les hemos oído decir esta boca es mía. Estarán calentando motores para el 21N. Pero es que en mayo de 2010 a todos los funcionarios, que mientras no se demuestre lo contrario también somos trabajadores, nos bajaron el sueldo por primera vez en la historia de la democracia española y prácticamente tampoco se inmutaron. Sin embargo, ahora, lo que hacen es montar huelgas y paros a los gobiernos regionales, legítimamente salidos de las urnas, por el tremendo pecado de que los profesores van a tener que trabajar 20 horas a la semana, cosa que, por cierto, es absolutamente legal.

Y la segunda, no me la puedo callar, es la de Don Alfredo. Este señor, que estaba en el Gobierno cuando se aprobaron los famosos recortes de mayo de 2010 (congelación de las pensiones, bajada a los funcionarios, supresión 400€ y el cheque bebé…) viene ahora prometiendo el oro y el moro y criticando en imnumerables ruedas de prensa territoriales orquestadas desde Ferraz los recortes que hacen los que en mayo tuvieron la confianza del ciudadano para sacar a este país de la tremenda situación en la que nos la han dejado. Pero es que además tiene la desfachatez de proponer una modificación en la ley electoral a la que hace pocos meses se había opuesto en la Comisión correspondiente del Congreso donde se debatía. Pero qué nos va a sorprender de alguien que le dijo a un diputado nacional que tuviera cuidado porque él lo sabía todo de todos. Y eso por no recordar el fatídico fin de semana que protagonizó para, vulnerando hasta una jornada de reflexión, cambiar el signo de las encuestas y ganar las elecciones del 14 de marzo de 2004, más perverso imposible. Pero claro, estamos en campaña y parece ser que, para algunos, todo vale con tal de conseguir el vuelco de lo que parece inevitable. Para ello se van a centrar, aparte de prometer hasta la luna, en dos frentes: el primero es el de los sindicatos, que intentarán poner a los líderes regionales (con algunas excepciones) contra las cuerdas a base de huelgas y manifas; y el segundo es el terrorismo. Yo diría que allá por mediados de Noviembre van a salir a la palestra los señores del pasamontañas y van a decir que abandonan las armas o algo parecido. Lo que se prometa a cambio no lo sabremos pero creo que es el único cartucho que le queda y, por supuesto, no lo van a desaprovechar. A mi, por supuesto que me alegraría la noticia, pero es que cuando veo la cara del actual ministro de Interior me cago vivo. Y lo peor de todo es que ni a unos ni a otros les conviene que el gobierno de España cambie de color.

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