Lo de Andalucía
no tiene nombre: primero usurparon la voluntad del pueblo (gobernando los que
habían perdido las elecciones), esa de la que tanto se les llena la boca a
ellos y a los que están más a la izquierda, pero que a la hora de la verdad,
nos demuestran que son los primeros en
violentarla.
Ahora, por meras
conveniencias políticas y cuasi personales (la doña está embarazada), adelanta
las elecciones autonómicas al mes de marzo, cuando, pásmense!!!, dos meses
después son las locales en esa misma comunidad autónoma. Saben cuánto se
ahorrarían las arcas andaluzas si coincidieran ambas??? Un pastón. Pero eso a
ellos no les importa, la verdad es que la gestión del dinero no es su fuerte,
lo demuestran siempre que gobiernan. Y como consecuencia de ello, los de la Izquierda
Desunida andan dándose cabezazos por las esquinas, puesto que no entienden que
doña Susana les haya dado calabazas. Pero qué esperaban de alguien que ha
estado en el núcleo de los gobiernos de Chaves y de Griñán!!!, alguien que es
presidenta por designación digital, sí, sí esa que tanto critican si ocurre en
otras fuerzas políticas. Eso es lo que más me enerva, la mentira, los engaños,
las medias verdades. Porque cada uno puede tener sus ideas y defenderlas
democráticamente respetando la de los demás, pero decir blanco en un sitio y
negro en otro, tan solo para ganar un puñado de votos, no va conmigo. Lo que sí
está claro es que la jugada le puede salir redonda: se va a enfrentar a un PP
totalmente renovado, pero todavía en fase de consolidación y a un Debemos al
que pilla con el paso cambiado, pues no esperaba el adelanto electoral, como
casi nadie.
Lo de Cataluña
ya es para nota: van a ser las terceras elecciones autonómicas en 5 años. Esto
simplemente no debería estar permitido. Los supuestos de adelanto electoral,
que siempre suponen un gasto económico extraordinario deberían estar tasados y
limitados. Pase que se adelanten unas elecciones si hay un parlamento realmente
ingobernable, donde es imposible aprobar los presupuestos, por poner un claro
ejemplo, pero hombre, nunca por motivos electoralistas o personales, y es que
lo de esta región de España no tiene nombre. Otra idea podría ser que no
pudieran celebrarse elecciones que disten menos de 6 meses de otro proceso
electoral. Obligaría, tanto a andaluces como a catalanes, a celebrar sus
elecciones autonómicas el 24 de mayo, como el resto de CCAA, o en noviembre o
diciembre, coincidiendo con las generales. Lo contrario es un sinsentido, algo
que ninguno de ellos haría si de su pecunio particular se tratase. Pero claro,
es muy fácil tirar con pólvora del rey.
Por cierto, hablando
de elecciones, ¿para cuándo el voto electrónico? En esto seguro con coincido
con Debemos.
Salud amigos!!!