Anoche, en uno de esos programas que nos cuentan la
vida de algunos españolitos repartidos por todo el mundo, decían que NY es la
ciudad con más bicis de la Tierra. Pero no hay que irse tan lejos para ver que
en cualquier ciudad europea, desde hace tiempo, se convive con los velocípedos
de una forma que nosotros, en España, todavía no tenemos asumida. Y digo
España, porque este déficit no es sólo propio de nuestra CC querida. Sin ir más
lejos, en la multicultural Torremolinos, este verano he tenido la oportunidad
de comprobarlo. El Chen y yo tuvimos la buena idea de alquilar unas bicis
durante una semana, de tal manera que, junto al Daza, que nos hacía de cicerón,
nos íbamos todas las mañanas a hacer un poquito de ejercicio, que había que
bajar una parte de lo injerido en pescaito, cervezas y demás. Y la verdad, es
que transitar por el paseo marítimo era una auténtica odisea, y eso que hay un
carril bici específico. Pero claro, yo entiendo que allí los turistas vamos con
el chip playero y pasamos de respetar ese u otro carril. Sin embargo, en
ciudades como Amsterdam, en cuanto llegas te dicen que allí la prioridad es de
las bicicletas, incluso sobre los peatones y, claro, a eso nosotros no estamos
acostumbrados.
Y ya en el ámbito local, también han sido noticia
las bicicletas y, sobre todo, los carriles-bici que nos han hecho en varias
rotondas de la ciudad de CC, que, por lo visto, han sido objeto de numerosas
críticas. A mí no me gusta opinar sin conocer las cosas, así que lo primero que
hice fue coger mi bici y darme una vuelta por dichas rotondas y, la verdad, es
que no entiendo las críticas. Los que utilizamos ese medio de transporte (yo
voy al trabajo en bici todos los días que el tiempo lo permite. En esto no
estoy de acuerdo con los holandeses, que dicen que no hay tiempo malo, sino
vestimenta inadecuada) tenemos que agradecer cualquier tramo de carril-bici que
se haga, aunque sea en las rotondas. Al menos, nos facilita la incorporación a
las mismas, ya que se ha reservado un espacio a dicho carril, con lo cual la
única pega es que, al no tener prioridad, cuando llegas a una salida, tienes
que ceder el paso a los vehículos. Pero ese logro se conseguirá cuando seamos
capaces de convivir con las bicis, cuando estos elementos formen parte
realmente de nuestra cultura. Mientras tanto, los ciclistas tenemos que ir
mentalizándonos de que somos el hermano pobre y de que habrá que ir
consiguiendo objetivos poco a poco. Pero yo estoy absolutamente convencido de
que CC acabará siendo una ciudad de bicicletas, aún sobreponiéndonos a su
orografía, motivo que muchos argumentan para decir lo contrario. Y después de
recorrerme la mayor parte de la ciudad en bici, doy una serie de ideas, por si
alguien quiere recoger el guante:
-Iniciar una campaña de información institucional
(consensuada con las Asociaciones de ciclistas más representativas), para
respetar las zonas reservadas exclusivamente a las bicis, como el carril existente
entre el Carrefour y la Policía Local, que, sin embargo, siempre esté repleto
de peatones y de perros. Ocurrirá algún accidente y después nos lamentaremos.
-Terminar ese carril, que estaba proyectado hasta
el ferial y se quedó un poco más adelante del Pasarón.
-Pintar y señalizar adecuadamente el que yo llamo
carril del Campus, que transcurre por la Ronda Vadillo casi hasta el cruce de
la carretera de la Montaña. Y ya si se pudiera prolongar hasta el puente de San
Francisco, sería la leche, aunque yo entiendo que eso entraña muchas
dificultades, por la escasa amplitud de la calle.
-Esta otra idea es más “fácil” de ejecutar: carril
bici desde la Avda Ruta de la Plata hasta la Plaza Mayor. En Gil Cordero y en
esa Avda los acerados son lo suficientemente anchos como para pintar un trozo y
reservarlo a las bicis. En Cánovas no hay ningún problema, no entiendo como no
está hecho desde hace muchos años. Y de San Pedro para abajo, habría que hacer
lo mismo que en Madrid, una parte de la calzada es de común uso de vehículos y
bicicletas.
-Lo mismo se podría hacer con otras entradas de la
ciudad, como la Avda de Alemania, hasta enlazar con Cánovas.
Evidentemente, hay muchas más cosas que hacer en
pro de la utilización de un medio de transporte que no sólo es barato,
saludable y respetuoso con el medio ambiente, pero lo realmente importante es
que aprendamos a convivir con ellas, que las respetemos y que les demos
prioridad (qué difícil será esto!!!) y, para eso, tienen que pasar algunos añitos.
Yo, mientras tanto, predicaré con el ejemplo, en definitiva, usar la bici es
sinónimo de libertad.