miércoles, 17 de abril de 2013

LOS ESCRACHES




No se sí los escraches son una manifestación de puro nazismo, o de fascismo. O de comunismo, socialismo o troskismo. O quizás de stalinismo o leninismo o marxismo. Incluso de chavismo o madurismo o, quien sabe, de franquismo. Pero de lo que no me cabe ninguna duda es que esta moda de joderle la vida al prójimo es un ejemplo de las actitudes más antidemocráticas que recuerdo y de que están cerca de cualquier totalitarismo. En teoría, la motivación de esas injustas manifestaciones es la protesta de una Asociación en defensa de los desahuciados, o mejor dicho, en contra de los desahucios. Pero en el fondo todo se reduce a perseguir a los miembros del actual partido en el gobierno. Y digo yo ¿que tiene que ver un alcalde con los desahucios. Qué puede hacer un simple alcalde para acabar con la, por otra parte injusta, normativa reguladora de los desahucios? Pues creo que rien de rien.
Pero es que se da la paradoja de que los escraches están protagonizados por personas de determinada ideología y sobe todo, de que se producen contra los miembros de un concreto partido político, que es el que más está haciendo en pro de los perjudicados por los desahucios, mientras que sus actores principales pertenecen o simpatizan con el partido que nada hizo para evitar tamaña injusticia.
Y porqué creo que lo que en principio es un derecho a la manifestación, lo cual esta claramente permitido por nuestra Constitución Española, es una aberrante actitud antidemocrática? Pues simplemente porque siempre he defendido que la libertad de una persona tiene sus límites donde comienza la libertad de otra. O dicho de forma diferente: un individuo puede llevar a cabo todo tipo de actividades siempre que no conculque los derechos de otro. En su momento se definía así o de forma parecida la diferencia que había entre libertad y libertinaje. Además, si mal no recuerdo, para que legalmente se celebre una manifestación es necesario tener un permiso gubernamental, del que supongo carecen el Sr. Verstrynge y compañía. Pero es que aunque dispusieran de dicho permiso (que no creo que se pueda conceder para manifestarse ante la puerta del domicilio familiar de un político) lo que no tiene ni pies ni cabeza es montar el numerito mediático a las puertas privadas de cualquier político, por haber cometido en gran pecado de pertenecer al partido que intenta sacarnos del túnel en el que nos metieron precisamente los que ahora azuzan a los manifestantes. Ver para creer. Pero es que además, no es la primera vez que los segundos se manifiestan contra los primeros. Esa "democrática" costumbre la estamos viviendo desde el 11-M y lo que realmente subyace en ella es que los unos no terminan de aceptar los resultados electorales de los otros, de tal manera que quieren conseguir vociferando en la calle lo que no hicieron en las urnas.
Ahora, ante la generalización de estas actuaciones, el gobierno quiere regular o limitarlos, con lo cual tampoco estoy de acuerdo, puesto que yo creo que ya está regulada la prohibición de esas reprochables prácticas.

Ah, y no podemos olvidarnos de las imaginativas soluciones que algunas CCAA quieren aplicar para resolver el problema de fondo. Mientras que unas quieren expropiar a los bancos, cosa que no se va a conseguir porque la justicia no lo va a permitir, otras lo que hacen es poner, a un precio módico, a disposición de los afectados, viviendas de promoción pública. Que cada cual reflexione sobre ello y saque sus consecuencias. Y si no gusta lo que hay, en las próximas elecciones se vota otra cosa. Pero sigo pensando que los escraches son profundamente antidemocráticos.