Hoy, 20 de diciembre de 2011, justo un mes después de la celebración de las Elecciones Generales, acaba de ser elegido Presidente del Gobierno de España el Sr. Mariano Rajoy.
Tengo que admitir que soy de los que comparte la teoría hecha pública por un célebre periodista, según la cual Rajoy era un mal candidato, pero será un buen presidente.
Evidentemente eso es también un deseo y una esperanza, ya que Rajoy ha conseguido lo que muchos no creíamos y ahora es ya el presidente de todos los españoles y por la cuenta que nos tiene, habrá incluso que rezar para que la cosa vaya bien.
Del debate de investidura, previo a su elección, sólo me gustaría destacar dos cositas: La primera es la claridad con la que ha respondido al portavoz de los violentos al decirle que ni él ni la sociedad española le deben absolutamente nada. Y la segunda es la negativa a ceder al chantaje de CIU con el pacto fiscal, aunque ello haya supuesto el voto en contra de tan importante grupo político. En definitiva, ha puesto en su sitio a los nacionalistas vascos y catalanes. Ahora sólo queda que se atreva con la reforma de
Y es que parece que los catalanes están bastante mal, ya que hoy mismo han presentado unos presupuestos no ya austeros, sino totalmente recortados. No sólo suben los impuestos indirectos, como las gasolinas, sino que la gran novedad es que establecen una tasa de 1€ por cada receta médica, lo cual supone un auténtico torpedo en la línea de flotación del estado de bienestar. Ah, y también han dicho que van a volver a bajar el sueldo a sus funcionarios. Esperemos que a Rajoy no le de por ahí, porque los catalanes están por encima de la media, pero si se generaliza otro tijeretazo, muchos no lo vamos a entender, porque como ya hemos dicho en estas páginas, habría que adoptar antes otras medidas de ahorro, empezando por los propios políticos y sus privilegios.
Además de lo dicho, tan sólo queda desear que Rajoy designe un buen equipo de gobierno, que falta le va a hacer, para afrontar con éxito la situación que han heredado.
Yo me atrevo a aventurar varios nombres, a ver qué ojo tengo?:
Soraya, Alberto, Cristóbal, Esteban?, Ana, Ana, Miguel... y dos deseos: Carlos y Rodrigo.
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