domingo, 29 de enero de 2012

UNA SEMANA DESPUÉS DEL 20N

Me tocó trabajar el 20N, como a mucha gente que participa en el proceso electoral. En los pequeños pueblos, que son los que abundan en nuestra provincia, el papel de los Secretarios es fundamental. Actúan como Delegados de las Juntas Electorales de Zona y se encargan de que todo salga a la perfección. Evidentemente nadie es imprescindible en las administraciones públicas, pero sin el buen hacer de mis compañeros, el proceso electoral se resentiría demasiado.

Ese mismo día, hace justo una semana, los medios de comunicación nos bombardeaban con las primeras encuestas, las realizadas a pie de urna, me parece que los entendidos las denominan las israelitas. Hacen las encuestas a los ciudadanos que acaban de emitir el voto y justo después de cerrar los colegios electorales, las difunden. Suelen ser bastante fiables, aunque dicen que las que dan en el clavo son los datos que se obtienen con las diez primeras papeletas del recuento o escrutinio real.

La verdad es que en estas pasadas elecciones generales han acertado casi todas las empresas demoscópicas. Tampoco era muy difícil. Parece incluso que se respiraba en el ambiente cual iba a ser el resultado. La nota era solamente para quien clavara el número de diputados, pero en cuanto al partido vencedor e incluso a la mayoría suficiente que iba a obtener, no cabía ninguna duda. Aunque hasta que no finaliza el recuento…

Pero una vez pasada la campaña y finalizado el escrutinio general viene lo más complicado. Primero es acelerar lo máximo posible el proceso de cambio de gobierno. Es increíble que tengamos unas leyes que lo hagan imposible antes de un mes, ya que parece ser que hasta el 23 de diciembre no podrá celebrarse el primer Consejo de Ministros. Es decir, un mes y tres días con un gobierno en funciones que está no solamente desprestigiado, sino deslegitimado para adoptar las decisiones que son necesarias para que esto empiece a enderezarse, cosa que no va a ser nada fácil, porque esos dichosos “mercados” ha han cogido con España y parece que hasta que no consigan sus propósitos no nos van a dejar tranquilos.

Estamos hartos de oír eso de que “lo primero es el empleo” y es ahora cuando realmente debe llevarse a la realidad. Es imprescindible que a la cabeza del Ministerio de Economía se ponga al mejor. Aún así sabemos que no va a ser nada fácil, pero la situación es tan complicada que hay que echar toda la carne en el asador. Si no, todos lo vamos a pagar muy caro. Sólo pediría una cosa, que los sindicatos se porten la mitad de bien que en las dos últimas legislaturas. Porque doy por sentado que el próximo líder nacional del PSOE no tendrá la desfachatez de criticar las cifras de parados del nuevo gobierno cuando sabe que ellos han sido los culpables de la mayor parte de la misma. Y que vaya tomando nota algún barón regional que se despacha hoy con unas meteduras de pata increíbles cuando critica al gobierno de Monago por 25.000 parados, cuando todos sabemos de donde vienen esos lodos.

Pero claro, ellos están ahora inmersos en un proceso de catarsis que ya veremos cómo finaliza, puesto que no se ve una muy esperanzadora solución al mismo, si la cara visible del nuevo proyecto va a ser quien ha obtenido los peores resultados de la historia de su partido. Aunque pensándolo bien, con la mochila que tiene a sus espaldas, sería lo mejor para el nuevo gobierno y, por ende, para todos los españoles.

Porque ahora lo que hace falta de verdad son buenos gestores que adopten las medidas necesarias para que este barco no siga hundiéndose, sino que se mantenga a flote y pueda llegar a buen puerto. Y no creo que Don Alfredo se atreviera a poner muchas cataratas en ese camino.

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