domingo, 1 de marzo de 2015

LA MODA DE LOS GINTONICS

Aunque desde hace un tiempo está de moda pedirse de copa un gintonic, los hay que siguen prefiriendo su marca preferida, que no es otra que la española Larios. Y si no, que se lo pregunten a mi amigo Juan.
Pero es cierto que ahora no hay garito que se precie que no tenga una carta específica de ginebras y, si me apuras, otra de tónicas. Pero, coño, si hay hasta barras específicas para servir este tipo de combinados!
Y habrá una explicación medianamente comprensible a este boom? Yo creo que es simplemente una moda, que como tal durará lo que dure y luego a otra cosa, mariposa.
De jóvenes, al menos en mi caso, hemos pasado por la mayoría de las llamadas bebidas blancas. Yo empecé por el ron, cuando el único que había era Bacardí, después hubo una época de dudas en las que probé con el vodka (lo mezclábamos con naranja y a veces con batido de chocolate), el Licor 43 y con el pipermint (yo creo que por el atractivo color que tenía), para terminar una larga temporada en el guisqui (bebía Passport, porque en cierta ocasión en una campaña electoral iban regalando botellitas pequeñas de esa marca-eran otros tiempos-). Posteriormente vino la moda del JB y el Ballantines y, como yo era de guisqui, pues a ellos me pasé, indistintamente. Después, al probar un ron que se llama Legendario, me quedé privado de su sabor en mezcla con la cola y a ellos que fui fiel durante una larga temporada.
Hasta que llegó la moda del gintonic. Joder, pensaba, si todo el mundo bebe de esto, por algo será. Y empecé a pedir ese destilado, aunque no me acaba de convencer porque donde esté mi Legen-cola que se quite cualquier ginebra. Y mira que las hay ricas, lo reconozco, pero es que hay tanta variedad, que lo que me gusta es ir probando una diferente cada vez, a ver si consigo ser fiel a una sola de ellas. La que suelo pedir, por sistema es Seagrams, un entendido me dijo en cierta ocasión que es la mejor en relación calidad-precio. Sin embargo, reconozco que las hay mejores: G-vine, Hendriks, Gin Mare están cojonudas, aunque la que he probado últimamente y me ha encantado ha sido la Martin Millers. No obstante, tengo otras dos en el punto de mira: Oxley y Brokcmans, me han hablado maravillas de ellas y como sigue la moda, pues habrá que probarlas si se ponen a tiro. Eso en cuanto a marcas, pero luego está la parafernalia de su preparación, que si el cardamomo, que si la pimienta roja, que si el enebro, que si los pétalos de rosa, que si, que si…lo admiten todo, pero eso sí, cada una lo suyo. Vamos,  que es un mundo de marcas, combinaciones e imaginación, que yo creo que es donde está el secreto de su enorme éxito.
Y para terminar está lo de la tónica a elegir, que también es para nota: antes ni te planteabas pedir una u otra, si es que de la Schweppes no salíamos, pero es que ahora te las ofrecen por doquier. Y en este tema sí que me pillan, mi paladar no llega a tanto, me da igual una que otra, aunque si me salgo de la Seagrams, suelo pedir Fever-Tree.
Ahora bien, que quede clara una cosa, es raro que me tome más de un gintonic seguido, me gusta el de después de la comida o cena y punto final. Si tengo que tomar otra copa, reconozco que me rindo a mi Legendario-Coca Cola, ese sabor es insuperable…por ahora!
Pues nada amigos, habrá que brindar con un gintonic, que mañana cae otro! Salud para todos!

También puedes leer este artículo en: http://josecarlosbote.blogspot.com.es/

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