lunes, 31 de octubre de 2016

POPULISMO RADICAL? NO GRACIAS



Evidentemente la noticia del día es la investidura, por fín, de Mariano Rajoy. No es a ese asunto al que quería referirme, pero sí hay que dejar patente que MR ha demostrado, una vez más, que no sólo es el más inteligente de la clase, sino también el más listo. Ha manejado, de nuevo, los tiempos como nadie y ha esperado a que unos se avengan a las razones de quienes forman su base electoral (de estos ha conseguido el sí) y a que los otros se den cuenta de que sus verdaderos enemigos son los que tienen más a la izquierda (de estos sólo la abstención, en segunda vuelta y no de todos ellos). Por cierto, me gustó el portavoz socialista, cuando dijo aquello de que “a nosotros sí nos importa nuestro país”, eso es realmente lo que diferencia a los grandes partidos de los radicales. Aquellos buscan mejorar lo que hay, el populismo busca romper España, porque no les gusta, esa es la verdad, abominan de todo lo que huele a rojigualda.
Sin embargo, me gustaría centrarme hoy en comentar las consecuencias de esa investidura, desde el punto de vista de lo que actualmente preocupa a muchos españoles, y no es otra cosa que la deriva radical de los Podemitas y sus acólitos.
Siempre he defendido la libertad del individuo, y por supuesto la de expresión y el derecho de manifestación, pero entendida desde el respeto y con el límite de los derechos de los demás y de las reglas que nos da un sistema democrático y un estado de derecho. Sin embargo hay algunos recién llegados que no creen ni en el individuo, ni en la libertad ni en la democracia. Es por ello que les haya sentado fatal que, al final se imponga la lógica y acabe gobernando en España el partido más votado. Por cierto, como siempre había ocurrido, aún con menos diputados que los que tiene MR.
Me preocupa que no respeten las normas de convivencia, me preocupa que tachen a este gobierno de ilegítimo, me preocupa que se llame delincuentes a los miembros del Congreso, me preocupa que se impida por la fuerza hablar a alguien en los foros universitarios (vaya manera de formar a los jóvenes españoles!!!); y me preocupa que se inventen manifestaciones para protestar contra la democracia. Si, sí , eso es lo que ocurrió ayer en la manifa de “Rodea el Congreso”, que, ni más ni menos, se protestaba porque se iba a elegir un presidente del gobierno que había tenido 50 diputados más que el segundo y 60 más que el tercero. En definitiva estos señores antisistema, son, claramente unos antidemócratas, ya que no respetan los resultados de las elecciones y quieren conseguir en la calle y en los despachos lo que no hicieron en las urnas. No dan por buenos los resultados que no le interesan, por ellos habría que repetir las elecciones hasta que saliese su partido.
Y en esa encrucijada se encuentra el PSOE, que tendrá que decidir, más pronto que tarde si colabora con el gobierno de España, o con los que reniegan de ella. Es cierto que PS se equivocó cuando, tras las elecciones locales, fomentó y favoreció los gobiernos podemitas en las principales capitales del país, en detrimento de los que habían sido el partido más votado. Sin embargo, ahora que ya no está PS(¿?), y que han permitido la formación de gobierno, deberán decidir si siguen apoyando a Carmenas, Colaus, Kichis y cía,, tan lejanos ideológicamente de los partidos constitucionalistas o si, por el contrario, los 2 grandes partidos nacionales se apoyan mutuamente contra los radicales y sus métodos caciquiles.
Y es que tanto en política como en la vida se puede discrepar, pero siempre desde el respeto y el sometimiento a la ley. Algunos estamos hartos ya de tanto teatro y tanto rufianismo en la sedes de nuestros parlamentos.
Se prevé una legislatura corta en la que sea complicado llegar a acuerdos, aunque todo podría ser mucho más fácil si los grandes trabajaran por el interés general y llevasen a cabo reformas profundas y duraderas en asuntos básicos como la educación, la sanidad, la unidad nacional, la reforma de la administración, etc. Y, por supuesto de la ley electoral, para que, cuando no haya mayoría absoluta, se automatice un procedimiento para formar gobierno (celebrando una segunda vuelta entre los 2 más votados o gobernando la lista más votada, o…, pero lo que no se puede permitir es el espectáculo que hemos dado en España durante casi un año).
Por el bien general, y para evitar el populismo radical, esperemos que haya entendimiento entre los partidos que han permitido la investidura de MR.


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