Evidentemente la noticia
del día es la investidura, por fín, de Mariano Rajoy. No es a ese asunto al que
quería referirme, pero sí hay que dejar patente que MR ha demostrado, una vez
más, que no sólo es el más inteligente de la clase, sino también el más listo.
Ha manejado, de nuevo, los tiempos como nadie y ha esperado a que unos se
avengan a las razones de quienes forman su base electoral (de estos ha conseguido
el sí) y a que los otros se den cuenta de que sus verdaderos enemigos son los
que tienen más a la izquierda (de estos sólo la abstención, en segunda vuelta y
no de todos ellos). Por cierto, me gustó el portavoz socialista, cuando dijo
aquello de que “a nosotros sí nos importa nuestro país”, eso es realmente lo
que diferencia a los grandes partidos de los radicales. Aquellos buscan mejorar
lo que hay, el populismo busca romper España, porque no les gusta, esa es la
verdad, abominan de todo lo que huele a rojigualda.
Sin embargo, me gustaría
centrarme hoy en comentar las consecuencias de esa investidura, desde el punto
de vista de lo que actualmente preocupa a muchos españoles, y no es otra cosa
que la deriva radical de los Podemitas y sus acólitos.
Siempre he defendido la
libertad del individuo, y por supuesto la de expresión y el derecho de manifestación,
pero entendida desde el respeto y con el límite de los derechos de los demás y de
las reglas que nos da un sistema democrático y un estado de derecho. Sin
embargo hay algunos recién llegados que no creen ni en el individuo, ni en la
libertad ni en la democracia. Es por ello que les haya sentado fatal que, al
final se imponga la lógica y acabe gobernando en España el partido más votado.
Por cierto, como siempre había ocurrido, aún con menos diputados que los que tiene
MR.
Me preocupa que no
respeten las normas de convivencia, me preocupa que tachen a este gobierno de
ilegítimo, me preocupa que se llame delincuentes a los miembros del Congreso,
me preocupa que se impida por la fuerza hablar a alguien en los foros
universitarios (vaya manera de formar a los jóvenes españoles!!!); y me preocupa
que se inventen manifestaciones para protestar contra la democracia. Si, sí , eso
es lo que ocurrió ayer en la manifa de “Rodea el Congreso”, que, ni más ni
menos, se protestaba porque se iba a elegir un presidente del gobierno que
había tenido 50 diputados más que el segundo y 60 más que el tercero. En
definitiva estos señores antisistema, son, claramente unos antidemócratas, ya
que no respetan los resultados de las elecciones y quieren conseguir en la
calle y en los despachos lo que no hicieron en las urnas. No dan por buenos los
resultados que no le interesan, por ellos habría que repetir las elecciones
hasta que saliese su partido.
Y en esa encrucijada se
encuentra el PSOE, que tendrá que decidir, más pronto que tarde si colabora con
el gobierno de España, o con los que reniegan de ella. Es cierto que PS se
equivocó cuando, tras las elecciones locales, fomentó y favoreció los gobiernos
podemitas en las principales capitales del país, en detrimento de los que
habían sido el partido más votado. Sin embargo, ahora que ya no está PS(¿?), y
que han permitido la formación de gobierno, deberán decidir si siguen apoyando a
Carmenas, Colaus, Kichis y cía,, tan lejanos ideológicamente de los partidos
constitucionalistas o si, por el contrario, los 2 grandes partidos nacionales
se apoyan mutuamente contra los radicales y sus métodos caciquiles.
Y es que tanto en
política como en la vida se puede discrepar, pero siempre desde el respeto y el
sometimiento a la ley. Algunos estamos hartos ya de tanto teatro y tanto rufianismo
en la sedes de nuestros parlamentos.
Se prevé una
legislatura corta en la que sea complicado llegar a acuerdos, aunque todo
podría ser mucho más fácil si los grandes trabajaran por el interés general y
llevasen a cabo reformas profundas y duraderas en asuntos básicos como la
educación, la sanidad, la unidad nacional, la reforma de la administración,
etc. Y, por supuesto de la ley electoral, para que, cuando no haya mayoría
absoluta, se automatice un procedimiento para formar gobierno (celebrando una
segunda vuelta entre los 2 más votados o gobernando la lista más votada, o…,
pero lo que no se puede permitir es el espectáculo que hemos dado en España
durante casi un año).
Por el bien general, y
para evitar el populismo radical, esperemos que haya entendimiento entre los
partidos que han permitido la investidura de MR.
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