NUESTRA CARTA MAGNA

Hoy, 6-12-12, nuestra Constitución Española cumple, nada más y nada menos, que 34 años. Para celebrar ese evento, se reúnen las autoridades representativas de las más altas instancias de la nación.

Eso sí, como si de chiquillos se tratara, han faltado a la cita representantes de varios partidos políticos con presencia en las Cortes Españolas, externalizando así la pueril pedorreta.

Cambiando de vertiente, hay que admitir que, con la que está cayendo, es necesario entrar en el debate que existe entre la ciudadanía sobre la conveniencia o no de reformar nuestra CE. Personalmente, pienso que nada es intocable y que si los dos grandes partidos, en tiempo record, acordaron y consiguieron modificarla para dar seguridad a Europa en el tema de la estabilidad presupuestaria y el techo de gasto, ese mínimo esfuerzo les costaría llegar a un pacto basado simplemente en la aplicación del sentido común. Aunque ya sabemos que en estas cuestiones, el sentido común es el menos común de los sentidos. Pero es que ya va siendo hora de que esos partidos se pongan de acuerdo y lleven a cabo las reformas que están en boca de cualquier ciudadano preocupado por la situación actual. No seré yo quien tenga que decir de donde o como hay que recortar, o no, pero solo una pequeña idea: ¿Sirve de algo el Senado?

Claro que, puestos a meter el bisturí, soy de la opinión de que aquellos partidos que no se sienten “españoles”nada pintan en las Cortes Es-pa-ño-las. ¿O no es incongruente que partidos independentistas estén representados en el Congreso y en el Senado, que son las cámaras legislativas que deben velar por el interés de todos los españoles? Y aunque esto podría solucionarse con un retoque de la Ley Electoral, yo creo que, teniendo en cuenta cómo bajan las aguas, habría que  hacerlo vía constitucional, para que no quedase ningún cabo suelto.

Nada más. Los que tengáis puente disfrutad de él. A mí me toca currar.